Reflexiones de los alumnos y alumnas de 7° grado
sobre el Golpe de Estado del´76
● ¿Qué pasó el 24 de marzo?
● ¿Quiénes eran los desaparecidos?
● ¿Por qué fueron desaparecidos?
El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas protagonizaron en la Argentina un nuevo golpe de Estado. Es decir, interrumpieron el mandato constitucional de la presidenta de ese momento, María Estela Martínez de Perón. El gobierno de facto estuvo constituido como Junta Militar e integrado por los comandantes de las tres armas: el general Jorge Rafael Videla (Ejército), el almirante Emilio Eduardo Massera (Marina) y el brigadier Orlando Ramón Agosti (Aeronáutica).
La Junta Militar se impuso como la máxima autoridad del Estado y durante la madrugada del 24, difundió un comunicado en todo el país en el que afirmaba que asumía la conducción del Estado.
Gran parte de la sociedad recibió el Golpe institucional en forma pasiva, otros lo apoyaron decididamente y algunos sectores se resistieron.
El Proceso de Reorganización Nacional, este es el nombre que eligieron para llevar a cabo su atroz mandato, buscaba rediseñar la sociedad en su totalidad apelando a la “mano dura”, para transformarla desde el plano político, económico, social y cultural. Para cumplir con este objetivo diseñaron un plan, el cual era llevado a cabo por los “grupos de tareas” que se encargaban de realizar estos crímenes de lesa humanidad impartiendo el Terrorismo de Estado, provocando miedo y desconfianza en las personas para que no quisieran hablar de lo que pasaba, de lo que se veía o de lo que sucedía.
El objetivo de la Junta Militar fue muy claro y consistió en eliminar, torturar, secuestrar, asesinar y desaparecer a un sector de la sociedad a la que consideraban subversiva, mejor dicho, a un sector de la sociedad que creía que luchar y militar tenía sentido para lograr una sociedad menos injusta y más equitativa.
Por lo dicho anteriormente, los desaparecidos eran las personas que pelearon por sus derechos para ser libres y críticos, con un tipo de ideología que no era compatible, claramente, con la del gobierno de facto. Eran estudiantes, trabajadores/as, obreros/as, autónomos/as, artistas, periodistas, amas de casa, docentes, profesionales, escritores, políticos, bebés, niños, que, por solo tener otra visión del mundo, o por pertenecer a un tipo de familia activista fueron secuestrados, torturados en los centros clandestinos de detención y, luego, desaparecidos. Cada uno de ellos/ellas, desde su lucha, adquirieron y ganaron derechos, como lo es el boleto estudiantil o una mejor condición laboral. Todos ellos y ellas dieron y dejaron su vida por perseguir un ideal.
Como dice la autora Graciela Montes en el libro “El golpe y los chicos”: Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse. Otras personas creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes que no van a volver a suceder
precisamente por eso, porque nos acordamos de ellas, porque no las echamos fuera de nuestra memoria.
Memoria para no olvidar lo que sucedió y que NUNCA MÁS vuelva a pasar.
Verdad porque aún se siguen encontrando historias de vidas que fueron arrebatadas y Justicia porque se lo debemos, como escribe la autora Silvia Schujer, a las madres que buscan a sus hijos, a los hijos de esos hijos y las abuelas que quieren encontrarlos.
Nadie debe morir por pensar diferente.
Un Estado debe proteger a los ciudadanos y las ciudadanas, no debe violar los derechos
humanos.
Ninguna persona debe ser separada de su familia… ¿Qué pasó con ellos y ellas? ¿Cuándo
aparecerán?
¿Cómo podemos trabajar como sociedad para que esto no se vuelva a repetir?
Argentina reclama VERDAD y JUSTICIA.
MEMORIA para que no vuelva a suceder…
Ahora, continuar luchando por la Verdad y la justicia, es una deuda que tenemos como
sociedad…
Señores y señoras, chicos y chicas…
NUNCA MÁS